sábado, 4 de diciembre de 2010

Una taza de café negro y 2 de azúcar

A veces es necesario cambiar, y no solamente necesario, sino enriquecedor. El transformarse, el cambiar es un proceso a la vez mágico y profundo, quizá un poco doloroso, quizá un poco caótico, quizá un poco depresivo, quizá un poco de todo, pero al fin necesario.
Yo sigo en este proceso y no voy a mentir y decir que fue increíble y que lo estoy disfrutando en todas sus etapas, porque mentiría. Como en todo, tiene que haber un equilibrio y a veces para alcanzar ese equilibrio en necesario también llegar a los extremos, pues bien yo pienso que estoy alcanzando un extremo y no mentiré: no me gusta.
No me gusta cambiar tanto, necesito otra vez ese equilibrio cómodo y fácil en el que estaba, pero también reconozco que ya no existe tal equilibrio, ha pasado a ser historia, ha dejado de ser parte de mi y ahora solo tengo que alcanzar un nuevo equilibrio, uno diferente.
Pero es difícil, porque el camino es sinuoso, es cómo manejar con una terrible neblina temiendo que en cualquier momento topes con algo o alguien. Pero si soy capaz de ver más allá de la neblina sabré que esa neblina se ira y que alrededor habrá un campo hermoso esperando.
Cada vez que oigo la frase: “Después de la tormenta viene la calma” me pregunto cuándo alcanzare la calma. Esta tormenta ha durado demasiado y no me gusta. Me desespero. Me angustio.
Todo esto lo escribo desde un ámbito muy personal y profundo. No estoy hablando de cambios físicos, no hablo de cambios banales, al contrario hablo de una metamorfosis del alma, de esas que duelen pero que al alcanzarla te sientes bien, te sientes libre.
Hoy pensé que yo mismo me despreciaba, que era más fácil ser de otra forma y fingir, pero no puedo, es dificilísimo y al último no vale la pena fingir.
Hoy estoy sentado frente a mi computadora en mi escritorio, viejo ya, comiendo una sopa caliente, con ganas de un café negro con 2 de azúcar, con el sol dorado entrando por la ventana, con los libros de tercer año de medicina cerrados y preguntándome si de verdad vale la pena tanto esfuerzo.
Preguntándome si debería echar todo a la mierda, 3 años, 5 semestres de medicina no me han hecho más que dudar, debería?
Pero no me veo haciendo otra cosa, así que me diré una cosa y me la diré solo 1 vez: sí, estoy deprimido, sí encontrare a alguien que me apoye, sí terminare de leer esos libros, sí terminare la carrera y con buenas calificaciones, y sí me levantare y encontrare mi equilibrio, mi nuevo equilibrio.

Mientras tanto una taza de café negro y 2 de azúcar me esperan

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, que tal tu blog sin palabras el pensamiento del alma unico, disculpa si te molesta que diga esto pero estas magnifico tus pensamientos plasmados son de alguien que ya tuvo su metamorfosis eres especial (la muerte es la salida mas no una opcion)completa tu estudio miralo como meta mas no como deseo bye.

Pau dijo...

Muchas gracias por tus palabras, realmente me han enriquecido !

deborahbl dijo...

Pues que decirte, las transformaciones son parte del crecimiento, estudié la carrera en danza de 9 años en el último año estaba a nada de dejarla, pero como bien dices terminé, encontré alguien que me apoyó, y que se fué disfruté todo momento de la felicidad y por ahora también ando deprimida pero todos absolutamente todos los cambios son para bien.

SOPOR AETERNUS/VOICES OF THE DEAD dijo...

Hola Dani, soy Martín espero me recuerdes.. saludos, estoy al pendiente de tu blog.. feliz cumpleaños atrazado (2011)